Como pequeños mundos aguardan diminutos seres orígenes de natura.
"Este blog tan solo está rendido a la luz prestada"

miércoles, 25 de diciembre de 2013

El Bramido de Thor




















Corola 
de marejada 
a fondo
de los océanos 
rota en contralto
en el vértice del acantilado
regurgita por la traquea de la piedra
a indómitos ronquidos
evaporado
el salitre de su isquemia.




Para la localización geográfica de estas fotos, que describen correlativamente de izquierda a derecha, el mayestático e ingobernable espectáculo que ofrece las colosales olas del mar cantábrico
concitadas por el invierno y la marejada de fondo tendríamos que situarnos en Pría, en Llanes, Asturias.
En las inmediaciones de la playa de Guadamía, comienza un sendero que bordeando la costa nos llevará hasta el bramadoriu, un lugar declarado Monumento Natural de la Red de Espacios Protegidos, además entre la maleza, la senda continúa hasta la playa de Cuevas o a la de Villanueva.
Aunque el trazado del sendero no ofrece dificultad de pendientes, debido al suelo de tierra y piedras es impracticable transitarlo en bicicletas, automóviles o cualquier tipo de ruedas.
Al filo de la costa, el bramadoriu lleno de cavidades kársticas, expulsan el aire con el vapor marino por sus galerías internas, labradas al capricho de la erosión en el interior del acantilado, ensordeciendo el bramido de la voz más íntima del mar.

Al lado de uno de estas cavidades, en este mágico e inolvidable lugar, cobra aún más vida el poema de un poeta exiliado por la guerra del 36; pero sus palabras volvieron para quedarse para que alli
pueden leerse al pie del bufón marino:

Los bufones marinos le rinden homenaje
de sus frémitos hondos en un coro salvaje.
¿No lo oyes, doncella la del blondo cabello
que en la noche medrosa te abrazas a mi cuello?
Son Satiuste y Vidiago, son San Martín y Pría.
El dios del trueno truena encima de tronía.
Celso Amieva -(1911 - 1988) -Las cosas de Tor


Poema y texto de Paloma Blázquez.