Hay un arte de anochecer. De la entrada del cuerpo al alma, de la niebla a la redondez y del círculo al cielo.
José Barroeta.
Hay otro arte de amanecer. De la salida del sueño de la noche al espíritu del paisaje, son las nueve en el clima de las lágrimas templadas a ras de tierra, en la antesala del frío, sutil emana la neblina ascendiendo su veladura para alcanzar el techo de la montaña, densa se detiene un tanto antes para que el sol ilumine de octubre el mar de su niebla.
El Fito, Picos de Europa. Asturias.
Octubre 2013.
texto: Paloma Blázquez
