Como pequeños mundos aguardan diminutos seres orígenes de natura.
"Este blog tan solo está rendido a la luz prestada"

lunes, 28 de enero de 2013

Raitán, el filósofo del aire





El pequeño petirrojo de pecho y cara anaranjada con dos cabezas de alfiler para unos ojos negrísimos, gorjea con canto melódico su audacia curiosa y afable. Como un salteador de caminos, sale al centro de las sendas vigilando su territorio en voz de alerta, con una bocina en pico metálica y árida de chip -chip. 
Como ave migratoria recala en continentes de Europa, Asia, Africa, huye del frío siberiano y escandinavo. 
Jamás verás uno por Islandia.
En las islas británicas tornándose lúdico, prefiere los parques y jardines al  igual que en las Asturias morando en sus parques, en sus rías y en sus bosques, donde lo nombran en lengua bable llamándole Raitán.
Diurno de hábitos, en las noches de luna suele cazar pequeños insectos; además frutos y bayas.
No se escabulle de la presencia humana cuando le es propicia, sin embargo muestra cautela cuando presiente su caza, siendo el mejor amigo del jardinero esperando que su azada le descubra alguna lombriz.
Como cantante, rivaliza con otro tenor el ruiseñor. 
Cuando sus nidos se llenan, trinan hasta muy tarde en las noches en calma, y durante el día el ruido de las urbes ensordece su mensaje musical. 
En estación invernal su canto tiene un lamento de separación de machos y hembras hasta el estío.
Sabe de física cuántica, con sus ojos de brújula aviar detecta el campo magnético de la tierra.
Pasea leyendas y cuentos con sus frágiles patitas de bailarín a saltos cortos, como pájaro de las tormentas era el compañero sagrado de Thor; el dios del  trueno.
Cubre en el cuento los cuerpos de los niños muertos y en britania creen explicar el porqué del color de su pecho; Jesús agonizaba en la cruz, y un petirrojo poniéndose a su lado para consolarle en su agonía cantó a su oído manchándose el pecho con su sangre. Así fue como desde entonces su plumaje tiene el color de sus heridas.
Si te encuentras con alguno, te ofrecerá una antigua amistad feliz por el sólo pago de unas migas de pan.
El Raitán sin recato es el correo del sol hecho de luz.

Texto: Paloma Blázquez